Hacia un mundo sostenible: los objetivos de desarrollo y las alternativas cotidianas para enfrentar la crisis medioambiental

 

En la crisis ambiental que vivimos es importante re-pensar y re-plantear nuevas narrativas de lo que depara a la humanidad y cómo remediar el caos ocasionado. Hacerlo, sin embargo, es complejo y requiere un esfuerzo mayor como habitantes de un sistema que ha demostrado no dar a basto. Por esto, la alternativa sostenible se instala cada vez más en el imaginario de diversos espacios tanto en lo académico como en el espacio público. 

Impacto económico y desafíos en el Antropoceno

Jeremy Rifkin (2016) señala que el sistema económico capitalista ha demostrado ser el gran problema que aqueja la crisis ambiental en el abuso de los recursos naturales y el avance tecnológico desde la perspectiva de la escasez y el materialismo; dando paso al consumo como un hábito desenfrenado y adictivo al cual hemos sucumbido. Hoy con la crisis ambiental y sanitaria, esto es evidente, sobre todo cuando vemos la reticencia de ciertos gobiernos del mundo a dar su brazo a torcer en términos de protección a la ciudadanía por las pérdidas económicas asociadas al COVID19, que implica que las personas no salgan de su casa a trabajar, estudiar, etc.

La repercusión del ser humano en la naturaleza y el ecosistema ha sido impactante. El agotamiento de recursos ha sido desproporcionado e irresponsable, desigual. Sloterdijk (2018) señala que si bien el ser humano se encuentra en un espacio desconocido, una nave que no tiene manual de uso, la tolerancia a dicha ignorancia se hace cada vez menos sensible a medida el ser humano se apropia del mundo y avanza en la técnica. Por tanto, debe asumir responsabilidad en esta nave sujeta a averías además de orientar antropológicamente la acción en el mundo. Esta orientación debe tener un giro radical en términos de permanencia en esta tierra, y por tanto, requiere habitar de forma consciente en términos de impacto y sostenibilidad medioambiental. Tal como señala Sloterdijk (2018) solo se dispone de una tierra, y habitar esta tierra en términos de crisis medioambiental requiere una nueva ética que frene y minimice el consumo, la explotación y el derroche.

El avance en la técnica ha demostrado también la incapacidad de hacerse cargo de las implicancias del expresionismo cinético y con las grandes industrias, lo que se ha generado ha sido un cavar nuestra propia tumba en términos de la huella de carbono y la explotación medioambiental (Sloterdijk, 2018). La paradoja que representa la existencia humana, en cuanto a existencia y consecuencia es por lo menos interesante, siendo tan insignificante en términos de volumen y magnitud, pero tan dañina. Desde la concepción del Antropoceno, Sloterdijk (2018) señala que “el ser humano se ha convertido en responsable de la ocupación y administración de la Tierra en su totalidad desde que su presencia en ella ya no se lleva a cabo al modo de una integración más o menos sin huellas” (p.4); lo que queda entonces, Señala Sloterdijk (2018) es la descarbonización a medio plazo y renunciar a las ventajas provechosas que implican la energía fósil pero que suponen gran parte de este daño irreparable.

La tierra no es nuestra, el ecosistema menos, por lo que este cambio también supone hacer un giro radical en términos cognitivos. Entender desde la propiedad significa disponer de aquello para mis propios intereses y conveniencias, sin reparo del daño porque de eso me encargo yo, por eso es tan problemático entender la tierra como posesión. En cambio, entenderla en términos presenciales y convivenciales que enmarcan la relación del ser humano con el ecosistema, es un esfuerzo por entenderse a sí mismo como simples mortales.

Esto supone también hacerse cargo de las grandes crisis asociadas al capitalismo y la globalización como es la pobreza, la desigualdad, la salud y los derechos humanos. No es sostenible un mundo donde estas problemáticas no están resueltas porque supone seguir la lógica de propiedad y explotación, en cambio, cuando nos enfocamos en las problemáticas que nos aquejan como humanidad, nos permite entender y empatizar con quienes convivimos. 

 Esto que señala Sloterdijk significó un afán brutal en términos de apropiación y explotación desde Europa hacia otros territorios como también de ricos hacia los pobres. por lo tanto, el desafío está en re-estructurar las formas de actuar, conscientes de la minimización del consumo, la precaución, autolimitación y austeridad.

El planeta peligra, y depende de sus habitantes el salvarlo. La sociedad capitalista ha resultado ser una maldición para los lineamientos de una producción y consumo responsable, puesto que existe una enorme prioridad de obtener la máxima ganancia posible, a costa de los recursos naturales y de las mismas personas, en desmedro del daño que esto genera al medio ambiente. Tan severo que en algunos casos es irreparable. Pero aún se pueden revertir algunos efectos, por ejemplo el cambio climático. En ese sentido, podemos encontrar en la sociedad de mercado una selección de aplicaciones, ya sean para el celular o el computador, que dan la posibilidad a todas las personas que posean uno de estos, de que puedan contribuir al medio ambiente.

El compromiso y las metas de la producción y el consumo responsable

Si nos enfocamos en Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12 (ODS 12), que corresponde a la producción y consumo responsable, podemos encontrar que hay varios de los efectos negativos que se producen por una irresponsabilidad de producir y consumir.

 Lo que el ODS 12 busca lograr es el uso eficiente de los recursos naturales y la gestión ecológicamente racional de los productos químicos y de todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida, reducir el desperdicio de alimentos, promover la prevención, reducción, reciclado y reutilización de los desechos, fomentar el turismo sostenible, reducir los el uso de los combustibles fósiles, fortalecer la capacidad científica y tecnológica de los países en desarrollo, para favorecer un consumo y una producción sostenible.

Conseguirlo supone una transformación en todos los eslabones de la cadena productiva, las personas deben adoptar modos de vida en armonía con la naturaleza, a las empresas les corresponde adoptar prácticas sostenibles y desde las instituciones hay que promover la compra sostenible entre otras cosas.

Para que las personas puedan colaborar al logro de los objetivos de las Naciones Unidas (ODS 12), tenemos una serie de aplicaciones disponibles en la red. Como se establece en La Vanguardia

CleanSpace, permite medir el nivel de contaminación atmosférica, indica cuánto CO2 evitas emitir si te desplazas de una forma sostenible en vez de utilizar vehículos motorizados. Negotiator reúne la información más relevante sobre charlas y notas de prensa de las Naciones Unidas, enfocadas al cambio climático. #Climate, rastrea las noticias más relevantes en cuanto a los problemas medioambientales del mundo lo que induce a la reflexión sobre el impacto del ser humano sobre la Tierra. GoodGuide, permite conocer el impacto que tienen los distintos productos y marcas escaneando el código de barras, luego nos muestra cómo estos productos afectan a nuestra salud y al medioambiente.

Otra App que cabe destacar es “Almond”. Como se describe en el sitio Byzness, Almond tiene el lema “Compra mejor, actúa mejor y compensa el resto”. Su objetivo principal es reducir la huella de carbono y adopta una serie de medidas para lograrlo.

Hay muchas otras aplicaciones más, incluso dedicadas a las empresas, por ejemplo, en El Mostrador se habla sobre una App desarrollada por G-Talent que permite medir la huella de carbono que deja la empresa. Como dice Enrique Gatica a través de El Mostrador (2020) “Nuestro software, sigue las normativas internacionales como la ISO 14.064-1 control de inventario de gases de efecto invernadero (GEIs), hace un cálculo, en tiempo real, de los consumos de carbono en la empresa, y con ese análisis el staff profesional de G-Talent entrega estrategias que permitirán reducir esa emisión de carbono”. La App mide la contaminación por dos fuentes principales, la primera es la directa por uso de combustibles fósiles y la segunda es indirecta por consumo de electricidad.

Si se observa este hecho, se puede alinear esta idea de la producción de Apps y tecnologías para el consumo y producción sostenibles, con la noción que plantea César Hidalgo (2017) sobre el modo en que acumulamos en los objetos la información que captamos del medio, “la acumulación física de información es la sangre de nuestra sociedad. Los objetos y mensajes nos conectan y nos permiten llevar aún más lejos el crecimiento de la información” (p.194). Esto significa que a medida que los problemas medioambientales generados por el ser humano se van haciendo más presentes para la colectividad, se comienza a dejar registrada esta información en la red, y de este modo permite que las personas puedan desarrollar aplicaciones y servicios digitales para ayudar a combatir los problemas a los que se enfrenta el mundo en la actualidad. Este ciclo permite la expansión de la información, gradualmente más personas se enteran del daño que están generando y más posibilidades hay de que se esfuercen por hacer un cambio.

El proceso por la que se crean estas tecnologías es a través de lo que César Hidalgo (2017) llama la cristalización de la imaginación

En esta cristalización se hace latente la posibilidad que la cantidad de Apps aumenten en el tiempo al captar el interés de más programadores y empresas que estén dispuestas a entrar en el mercado sostenible.

De este mismo modo, temáticas asociadas al ODS 12 han sido difundidas por diferentes medios. Thomas & Friends, show de televisión de niños habla en un capítulo de los desechos, informan que mucho se entierra y mucho se va al océano. La idea es comenzar con la iniciativa desde pequeños, de forma de que se naturalice la producción y consumo responsable lo antes posible. Se menciona la idea de tomar lo necesario en lugar de tomar demasiado y de conseguir cosas que podamos usar varias veces. Antes de botar algo a la basura, debes pensar si se lo puedes dar a alguien más o reutilizarlo uno mismo. Se menciona también que las cosas rotas pueden ser reparadas y reutilizadas y si no pueden repararse, algunas cosas pueden reciclarse, por ejemplo, las latas de metal, el papel, el vidrio. Además, si debemos desechar algo, es importante hacerlo apropiadamente, llevar la basura al basurero, etc.

Ahora bien, el ODS 12 se encuentra con ciertos desafíos. Más de 150 países aprobaron la Agenda para el Desarrollo Sostenible en 2015. Aquí se dieron a conocer las metas del ODS 12, varias de las cuales ya han sido mencionadas en este artículo, e incluyen lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de recursos naturales, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial, lograr la gestión ecológicamente racional de los productos químicos y de los desechos a lo largo de su ciclo de vida, entre otras cosas. Como menciona Olvera (2018) en su artículo sobre la implementación del ODS 12 en México “y a su vez, al tratarse de un compromiso universal donde los estados gozan de plena soberanía sobre su riqueza, recursos y actividad económica -pudiendo éstos fijarse sus propias metas-, los resultados dependerán mucho de la voluntad de todos los actores a fin de llevar al pleno cumplimiento de la Agenda” (p.14). Básicamente el que este objetivo se logre en su completitud, depende de la postura que toman los políticos a cargo del sus respectivos Estados.

Siguiendo con el punto anterior, en el artículo de Olvera (2018) se problematiza el punto de la cooperación de los respectivos Estados, “por ejemplo, si bien casi todos los Estados miembro han firmado al menos uno de esos acuerdos, muchos no cumplen con la obligación de presentar periódicamente datos e información sobre los desechos peligrosos, los contaminantes orgánicos persistentes y las sustancias nocivas para el ozono” (p.14). Si bien mucho puede ser logrado a través de la colaboración de los empresarios y los ciudadanos, la cooperación del Estado, al tener una cantidad de recursos mucho más grande que los anteriores, es de suma importancia.

Otro punto esencial para el cumplimiento del ODS 12, es que los Objetivos de Desarrollo Sostenible se comprendan como un todo y no de manera individual, tal como Olvera (2018) menciona, “no obstante, los Objetivos no pueden entenderse de manera aislada y es por eso que para que puedan irse cumpliendo las metas trazadas por los Estados será de vital importancia analizar multifactorialmente el problema” (p.23). Esto quiere decir que los gobiernos no pueden enfocarse en solo un objetivo o unos cuantos, deben trabajar para cumplir con todos. Entonces cuando se habla del cumplimiento del ODS 12, se habla también de cumplir con todos los otros 16 objetivos restantes. Cada uno está interconectado con el otro, por ejemplo, “… las ciudades y asentamientos inclusivos garantizarán el derecho al medio ambiente sano y el derecho a la ciudad; el uso sostenible de los ecosistemas protegerá el derecho al medio ambiente sano, a la vida, al agua” (Olvera, p.23, 2018). Los objetivos no se entienden de forma separada, sino desde la interconexión.

Teniendo esto en cuenta, es relevante considerar los lineamientos que proponen las Naciones Unidas en términos de desarrollo sostenible. Frente a este escenario, solo queda poder articular las comunidades en concordancia con los cambios de conducta y mentalidad frente a la crisis medioambiental. Este cambio se hace en su conjunto, con un compromiso real de los Estados y una reorganización y reconfiguración de las industrias y la economía. Tal como menciona Rifkin (2016) la sostenibilidad refiere al uso de recursos que sustentan a la humanidad pero no supera la capacidad de la naturaleza en cuanto a reciclaje y recuperación. A modo de cierre, revisamos principalmente el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12, que corresponde a la producción y consumo sostenible. Este no es un campo ignorado, y los diversos autores que deben colaborar para lograr el cumplimiento efectivo de este objetivo, han comenzado a hacer su trabajo. La sociedad de mercado, a pesar de traer muchísimos efectos negativos, también da la posibilidad para la expansión de diversas aplicaciones y softwares digitales que ayudan tanto a un consumidor promedio como a grandes empresas y servicios de alta contaminación como las aerolíneas a controlar de mejor manera sus emisiones de carbono y procesamiento de desechos, consiguiendo así, de forma gradual pero consistente una mejora sostenida para el medio ambiente y la salud de las personas. Aún así, esta es una carrera contra el tiempo, pues los ODS se espera que sean cumplidos para el 2030, es decir, van quedando tan solo 10 años para lograr estas cosas.

Así mismo, los respectivos Estados que aprobaron la Agenda del ODS 12 en 2015 deben trabajar ardua y consistentemente para lograr el cumplimiento de las metas del Objetivo, y no deben priorizar uno sobre otro, sino entenderlos de una forma interconectada. Solo así, se podrá garantizar el logro de esta Agenda, solo si todos los actores funcionan coordinadamente y en conjunto, con un fin último claro, con una meta visible y asequible de aquí a 10 años más. Ahora, es importante no quedarse tan solo en la teoría, pues como ya todas las personas saben, el cambio comienza por uno o una misma, en este instante. Con este artículo, no se busca tan solo informar acerca de un problema que requiere de una solución de manera urgente y de qué medios se han propuesto para el cumplimiento de este determinado fin, que es salvar al planeta, sino que también busca inspirar y plantar la idea de que todas las personas pueden hacer algo para ayudar, basta comenzar con pequeñas acciones, como no consumir demás sino solo lo necesario, preocuparse de reutilizar,  reciclar y reparar las pertenencias. Si todas las personas colaboran y reman en la misma dirección, todavía hay tiempo para darle la vuelta a esta encrucijada en la que la humanidad se está hundiendo. Aún se puede salir a flote, lo único que se necesita es la voluntad y las ganas de colaborar, para así, entre todos y todas, tener un futuro brillante y un planeta sano.

Bibliografía:
  • Agenda País. (2019). Crean apliación para medir la huella de carbono de tu empresa. Santiago: El Mostrador. https://www.elmostrador.cl/agenda-pais/2019/06/24/crean-aplicacion-para-medir-la-huella-de-carbono-de-tu-empresa/
  • Hidalgo, C. (2017). El triunfo de la información. Barcelona: Penguin Random House Grupo Editorial.
  • Mayor, A. (2017). Las siete aplicaciones que puedes descargar hoy para reducir tu huella en el planeta. Madrid: La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/natural/cambio-climatico/20170309/42669954168/siete-aplicaciones-para-reducir-tu-huella-en-el-planeta.html
  • Olvera, Y. (2018). Objetivo 12 de Desarrollo Sostenible: Producción y consumo responsable. Instituto de Investigaciones Estratégicas de la Armada de México.
  • Payo, A. (2019). Esta aplicación móvil te ayuda a reducir tu huella de carbono. Catalunya: Byzness. https://byzness.elperiodico.com/es/entorno/20191115/almond-app-reducir-huella-carbono-7736142
  • Rifkin, J. (2016). La sociedad del coste marginal cero: el internet de las cosas, el procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo. Barcelona:Paidós.
  • Sloterdijk, P. (2018). ¿Qué sucedió en el siglo XX?. Madrid:Siruela.

 

12 comments

  1. Estimadxs: Su post es muy intersante y sobretodo en los tiempos que corren de pandemia y de un confinamiento que pareciera no tener fecha de término. La emergencia climática sigue corriendo a un ritmo creciente, por lo que la pregunta por cómo hacer de este mundo un lugar sostenible se posiciona como una de las bases de nuestras reflexiones en el día a día. A mi parecer el estado debiera tener un rol fundamental en esta tarea, ya que de ello depende que la mayoría de lxs ciudadanos estén al tanto del camino hacia este mundo sostenible. Y tal como ustedes plantean es esa cooperación la que tiene una mayor importancia por la cantidad de recursos que se maneja.
    Por cierto que las iniciativas de parte de la sociedad civil en diversas plataformas digitales son de gran ayuda y de hecho, creo que hasta ahora en Chile es la mayor fuente de información a la que la mayoría de la ciudadanía puede acceder, pero creo que hace falta un organismo que canalice todas estas iniciativas para tener una mejor llegada. Así como también, creo que la mayor tarea va por la educación, más que por premiar ciertas acciones.
    Algunas plataformas interesantes que van por esa línea son Fundación basura y también un podcast llamado “mueve la fecha”, pueden encontrar su página de instagram aquí .

    1. Estimada Anaí:

      Agradezco mucho que hayas comentado nuestro post. Efectivamente el rol del Estado en la crisis climática es central, sobre todo pensando si estos mismos Estados decantarán por un cambio radical en términos de sostenibilidad (a la Rifkin) o se dejarán guiar con lo que que se ha entendido como progreso capitalista. Agradezco mucho que lo menciones porque nosotros no lo hacemos en el post y concuerdo totalmente contigo, si el Estado no asume responsabilidades es difícil llevar la batalla nosotros como ciudadanos comunes.
      Creo también que los organismos sociales también son super importantes en estas temáticas, porque logran canalizar demandas y realidades situadas. Actúan como puentes super relevantes y suelen actuar desde la educación (pienso en la “Fundación El Árbol“, por ejemplo, que actúan desde la base de la educación ambiental).
      Agradezco también las sugerencias, les vamos a revisar para nutrir el debate.
      Saludos!

      1. Es muy relevante el hecho de sincerar que la acción de la sociedad civil es limitada, si no existe un Estado que promueva los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y que esto no sea solo un adorno y slogans para fomentar una imagen moderna de gobierno. Sin embargo, es mucho lo que se puede avanzar desde la acción individual, desde votar por mejores políticos hasta el uso de apps que permitan de a poco generar aprendizaje y cambio cultural colaborativo.

        1. Definitivamente. Si pensamos en el escenario ideal de acción el complemento de la acción estatal y la acción estatal constituyen el cambio de manera colaborativa. No lo veo imposible, pero sí hay que trabajar en aquello. Muchas gracias por su comentario.

  2. Han trabajado un generoso artículo que desde el lúcido marco analítico de Peter Sloterdijk decanta luego en el Objetivo de Desarrollo Sostenible Nº12 (Producción y Consumo Responsable) y algunas apps que fomentarían acciones individuales que apuntarían a un resultado colectivo para lograr detener el cambio climático, entre otros desastres. ¿Han podido utilizar algunas de estas aplicaciones? Sería interesante conocer alguna experiencia directa con una plataforma de inteligencia ecológica. Por otro lado, me parece relevante destacar que, al igual que la medicina china, que ve al organismo humano como un todo y que interrelaciona los órganos del cuerpo según el flujo del Qi (chi) a través de los meridianos, los ODS deben ser abordados holísticamente, ya que no podemos intervenir uno dejando de lado los otros. Se pueden trabajar políticas públicas con ciertos énfasis, sin embargo, un enfoque sistémico es fundamental. Finalmente, es necesario mencionar que en materia de experiencias digitales, hay que tener bastante cuidado con no caer en el Greenwashing que sería una tendencia que adoptan algunas empresas para declarase “verdes”, pero que en realidad estarían incorporando un discurso forzado, no auténtico, de Marketing. Una app (más bien, un sistema) que resuelva la gran cantidad de desechos que estamos generando en la lucha contra el COVID-19 me parece fundamental (toneladas de mascarillas y guantes están llegando al océano):

    1. Profesor:

      Agradecemos mucho la reflexión. Por mi parte no he utilizado las apps referidas porque la verdad las que he conocido considera que se quedan más en la esfera del “greenwashing” que de la contribución real al cambio y a la sostenibilidad. Lo que si he utilizado han sido plataformas digitales que comparten conocimientos como páginas de comunidades con consejos de reciclaje, elaboración de productos en base a “desechos” o materiales que dejaron de ser “utiles” y cosas de ese estilo, pero referente a comunidades de personas y no aplicaciones de por sí.

      Efectivamente es super importante entender ODS como un conjunto interconectado. Lo que quisimos hacer en el certamen fue enfocarnos en uno como una “bajada” de lo que Sloterdijk proponía y relacionarlo a otros en el archivo pdf para que nuestro artículo no quedara más extenso aún, sin embargo, es interesante como aún pensando en la propuesta de Sloterdijk, es plausible y relevante vincular los ODS en su conjunto a sus postulados.

      Respecto a las aplicaciones y la delgada línea entre el “greenwashing” y la real intensión por el cambio, considero que es bien complejo (no imposible) poder encontrar plataformas que no tengan un grado de greenwashing y creo que esto es inevitable sobre todo si se enmarcan en una cultura de la capitalización de la vida. Respecto a eso, soy mucho más pesimista, pero hablo a título personal.

      Saludos!

  3. Estimados compañeros, me parece muy interesante su post muchas gracias por abordar este tema. Concuerdo en que es sumamente complejo actualmente replantear y repensar la forma en que cohabitamos y nos relacionamos con y en el medio ambiente. Sin embargo, creo que romantizar la idea de que cada acción individual cuenta puede ser un arma de doble filo. Si bien esto es totalmente cierto, creo que es importante identificar claramente quienes son los grandes destructores del planeta. Claramente el impacto de nuestro país es mínimo comparado a países como EstadosUnidos, o también la industria ganadera y textil no tienen el mismo impacto que otras industrias menos contaminantes. Con esto no quiero decir que no todos somos parte del problema sino que claramente hay quienes son mas culpables. Por lo que responsabilizarnos a todos puede generar que nos convirtamos en agentes pasivos en cuanto al denunciar ciertas prácticas de los grandes responsables.
    Me gustaría pensar que es suficiente con la voluntad, pero creo que estamos en un punto en donde es necesario no sólo premiar al que innova de manera sostenible sino que también castigar al que no.
    Aquí les comparto un artículo que desarrolla más esta idea: link text

    Por otro lado creo sumamente importante entender el problema de la temporalidad de esta crisis ambiental y comenzar a buscar nuevas formas de poner el problema en la agenda pública como el principal. La crisis ambiental es una crisis que ha sido constante por mucho tiempo lo que hace que normalicemos. De esta forma al surgir crisis más agudas como el estallido social o la pandemia nos olvidamos de esta. Esto se puede ver en la cantidad de basura en mascarillas y guantes que se ha generado o en las muchas cosas quemadas o espacios verdes destruidos durante el estallido social. Si no logramos introducir la idea de que todas las crisis son consecuencia de la forma en que nos relacionamos con el medio ambiente veo muy difícil que logremos alguno de los objetivos de desarrollo sostenible.

    1. José, creo que tienes razón en lo que tu mencionas. Creo que nos dejamos llevar un poco con la inspiración que nos llevó a escribir la conclusión. Ya viéndolo más de lejos, es verdad, hay algunos países y algunas industrias que son lejos más contaminantes que otras y el esfuerzo individual, aunque importante, palidece en comparación con lo que pueden hacer entidades mucho mas poderosas. Una de las primeras cosas que sucedió con la elección del presidente Donald J. Trump en Estados Unidos fue que les permitieron a las empresas una libertad mucho mayor en cuanto a las emisiones y contaminantes que producen, con la idea de fortificar la economía del país. Y claro, a funcionado, pero a costa de qué. La respuesta es el medioambiente y el bienestar futuro del planeta. Sin embargo, como ya sabemos el presidente Trump tiende a adoptar posturas controversiales, por ejemplo, su idea de que el calentamiento global era un concepto falso expandido por los chinos para sacarles la ventaja en la producción industrial. Muchas de estas posturas extremas son apoyadas por quienes respaldan al presidente quien se expresa libremente en las redes sociales con impunidad. Lamentablemente creo que castigar a quienes no se adecúan a las necesidades actuales y futuras del medioambiente puede ser bastante dificultoso en la práctica.

      Creo que es correcto ponerle énfasis al sentido de urgencia que demanda la situación del medioambiente, creo que depende mucho del gobierno el empezar con campañas más poderosas para que las personas se hagan conscientes y legislaciones mas duras para que las empresas comiencen a buscar alternativas más sustentables. Ahora, tenemos el problema de que, en este país, el gobierno ha mostrado un alto grado de incompetencia y desconexión con los verdaderos problemas que aquejan a la sociedad. Nuestro presidente era un empresario y creo, juzgando por su modo de actuar, que su postura sería el que las empresas produzcan más y generen mas dinero para el país que poner limitaciones que obliguen a buscar alternativas sustentables. Te doy las gracias por tu comentario José, y por haberle puesto atención a estos puntos tan importantes que tu mencionas. Saludos.

  4. Hola Pamela y Gabriel! La verdad un gusto leer su artículo por lo informativo e inspirador que es al momento de tomar responsabilidad, desde la acción individual, para un cambio cultural que permita un futuro más sustentable. Sin embargo, me es dificil imaginar un futuro en el que el cambio que genere la ciudadanía, sea lo suficientemente potente como para aplacar la falta de consciencia que parece reinar en las elites económicas y políticas, que en Chile coinciden bastante. He tenido la experiencia de trabajar en fruticolas, cadenas de comida rápida y en cadenas de supermercados y lamentablemente la sustentabilidad es un tema ajeno a estas realidades que me han tocado, ya que diariamente se deshechan materiales y/o alimentos en perfectas condiciones por razones de inconveniencia logística o productiva. A mi parecer, el foco principal del sistema productivo nacional es la eficiencia en el corto plazo, lo que se ha implantado de lleno en la cultura laboral y se practica en la totalidad de la estructura jerárquica dentro de la empresa, lo que imposibilita cualquier tipo de medida que busque disminuir el desperdicio, al menos que presenta de forma clara el profit futuro que puede devenir de esta. Si bien, como había mencionado anteriormente, la agencia individual para un cambio cultural cívico es sumamente necesario, a mi parecer lo es más aún uno que apunte a la cultura productiva/laboral. Por lo tanto, en mi opinión, además de generar tecnologías que permitan al consumidor tomar responsabilidad, sería óptimo que el enfoque del desarrollo tecnológico en temáticas de sustentabilidad se centre en crear instrumentos claros y precisos, que permitan comprender que esta serie de inconveniencias que truncan la eficiencia en el corto plazo, a largo plazo presentan un profit sustantivo para todos aquellos que participan de la cadena productiva. Probablemente este tipo de tecnologías ya están desarrolladas, pero en mi experiencia estas se han difundido pobremente en comparación a aquellas que apelan al consumidor. Saludos y gracias nuevamente por el artículo!

    1. Hola Lucas. Si, creo que es verdad que el poder de la ciudadanía es limitado en comparación a organizaciones mas poderosas como el gobierno y las empresas. Como respondía a José en un comentario anterior, es difícil considerar un cambio de envergadura si dejamos de lado al Estado y a las industrias, que tienen los recursos para hacer cambios mas significativos que los del ciudadano común. Es importante el cambio individual, pero también lo son las reformas a estas otras entidades que estoy mencionando. Creo que sucede en varios países que los gobiernos actuales están sumamente desconectados de las situaciones que realmente son urgentes y requieren de cambios sustanciales y de inmediato. Los gobiernos tienen el poder para demandarle a las empresas a reducir sus emisiones o bien dar incentivos para producir de manera más sustentable y amigable con el medio ambiente.

      Encuentro muy interesante que hayas tenido experiencia directa con el sistema productivo y concuerdo completamente con que están utilizando una mentalidad a corto plazo, donde buscamos producir mucho ahora para estar bien y generar dinero, pero ignorando las consecuencias que esto trae al planeta, ni siquiera en el futuro cercano, sino en la actualidad. Ya estamos sufriendo por la negligencia del sistema productivo que se ha adoptado.

      Sobre lo de la difusión estoy de acuerdo. Ya hay programas destinados a las empresas para que reduzcan sus niveles de contaminación, pero en nuestra investigación encontramos muchas mas Apps que están destinadas a las personas corrientes y no a los “poderosos”. Creo que desarrollar más alternativas que incentiven a las empresas a producir de un modo consciente es muy relevante, pero esto debe acompañarse de una mejor difusión y campañas más agresivas para que quede claro que esto es algo urgente y que no ha de ser ignorado. Muchas gracias por tu comentario Lucas, son muy importantes las cosas que has mencionado. Saludos.

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